Hasta hace pocos años las deformidades por acúmulos grasos localizados no tenían una solución quirúrgica aceptable, siendo la liposucción la técnica que ha revolucionado la corrección de estos problemas. La liposucción no es un tratamiento de la obesidad, sino que está destinada a corregir aquellas regiones corporales en las cuales persisten acúmulos grasos habitualmente rebeldes a los regímenes dietéticos. Mediante esta técnica se puede aspirar grasa de distintas partes del cuerpo: caderas, muslos, rodillas, tobillos, brazos, abdomen, cara, etc. En algunas ocasiones es complementaria a otras intervenciones (estiramiento facial, abdominoplastia, etc.). La liposucción habitualmente se realiza con anestesia locorregional pero en casos muy extensos se llevará a cabo con anestesia general. La técnica, que siempre se realiza en un quirófano, consiste esencialmente en la aspiración de la grasa mediante la introducción de una cánula que está conectada a una máquina de vacío o a una jeringa especial, según el caso, y realizando numerosos túneles en el área previamente marcada. Una vez realizada la operación, se utilizará un vendaje compresivo o una prenda elástica según el área tratada. Es normal que aparezcan cardenales e inflamación de los tejidos en la zona aspirada. No se deben evaluar los resultados de una liposucción antes de que hayan transcurrido un mínimo de tres meses. Si la elasticidad cutánea estaba disminuida pueden quedar irregularidades o pequeñas depresiones que pueden requerir corrección adicional mediante liposucciones selectivas y/o inyecciones de grasa.

Si está considerando la liposucción, el Dr Herrero le informara del procedimiento de forma veraz y honesta, explicando claramente los objetivos que se pueden conseguir en su caso  concreto, con expectativas objetivas y reales de resultados.

 

* No existe garantía absoluta de resultados, ya que estos pueden variar según el paciente.